“La vida es como una carrera, la recompensa no está en la meta, sino en cada uno de los metros del camino”.

lunes, 29 de marzo de 2021

Las sandeces que escuchamos relativas a las vacunas

Sin duda, en todo lo relativo a la vacuna, hay motivos para la crítica. No para la sandez.

La mayor es comparar a la UE (446 millones de ciudadanos) con Israel (8,8 millones). El secreto diferencial de este país es que por su tamaño ha podido obtener prioridad de compra con los fabricantes de vacunas a cambio de convertirse en prueba piloto de su efectividad: algo imposible para un continente entero.

Otra es medirse sin más con EE UU. La UE ha aplicado 88 millones de dosis a sus ciudadanos y exportado 77 millones, muchas a la iniciativa solidaria Covax. EE UU se ha desentendido del mundo. Trump dictó (8/12/20) una orden presidencial dando “acceso prioritario” (de hecho, exclusivo) a los suyos, y residual al resto: Biden la ha mantenido.

O medirse en bruto con Reino Unido. Con o sin órdenes expresas, sus dos factorías de AstraZeneca no han enviado una sola dosis al continente; pero la isla-y-media ha recibido de las fábricas europeas 21 millones.

Hay que combatir estas discriminaciones: no imitarlas. Y en todo caso, comparar de forma homogénea. Gran Bretaña había inmunizado ayer completamente (dos dosis) al 5,3% de su población. Exactamente igual que la UE: al 5,3%. Pero menos que España (al 6,1%), o Italia (al 5,4%).