El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

jueves, 4 de marzo de 2021

ERC está jugando con fuego. Literal.

ERC está trabajando la investidura y el futuro Govern a partir de Junts y la CUP, sin excluir geometrías variables con los comunes.
El concurso de los anticapitalistas en esta posible mayoría está obligando a los republicanos a ceder en asuntos concretos –sobre los Mossos y el modelo policial– y a dejar de lado grandes cuestiones que marcarán la nueva etapa, con los fondos europeos de reconstrucción en primer lugar.
Buscar apoyos a cualquier precio con una formación minoritaria no es lo que se espera de un momento que exige grandes consensos y centralidad.
Por otro lado, la malhadada experiencia del Govern Torra no genera expectativas optimistas sobre un nuevo pacto entre los de Junqueras y los de Puigdemont; el independentismo ha carecido de impulso y de brújula al gestionar la autonomía, algo que no puede repetirse.
La erosión de la credibilidad institucional es aguda, por eso es indispensable que el nuevo gabinete responda a criterios claros, se centre en las necesidades urgentes y aplique políticas de calado con vistas al futuro.