Para entender cómo nuestra sociedad aborda las cuestiones que tienen que ver con la vejez es fundamental comprender cómo se ha construido y cómo se representa la imagen de esa etapa de la vida.
Hoy en día, sostener una imagen de la vejez que no se ajusta ni social ni individualmente a la realidad del siglo XXI es un grave error.
La semana pasada el tema saltó a la opinión pública porque el conocido presentador Matías Prats señaló lo inoportuno que había sido el icono utilizado en la misma cadena de televisión en la que él trabaja, para representar a las personas mayores de 55 años en el protocolo de vacunación. El presentador tiene 71 años (más cerca de los 75 que de los 55), Pablo Motos tienen 55, Ana Blanco, 60, Iñaki Gabilondo, 76… y el icono no les representa. Ese grafismo era una representación sintética de una persona, con pocos trazos, en una figura encorvada y apoyada en un bastón.
Hoy en día, sostener una imagen de la vejez que no se ajusta ni social ni individualmente a la realidad del siglo XXI es un grave error.
La semana pasada el tema saltó a la opinión pública porque el conocido presentador Matías Prats señaló lo inoportuno que había sido el icono utilizado en la misma cadena de televisión en la que él trabaja, para representar a las personas mayores de 55 años en el protocolo de vacunación. El presentador tiene 71 años (más cerca de los 75 que de los 55), Pablo Motos tienen 55, Ana Blanco, 60, Iñaki Gabilondo, 76… y el icono no les representa. Ese grafismo era una representación sintética de una persona, con pocos trazos, en una figura encorvada y apoyada en un bastón.
¿Representa esa imagen a las personas de más de 55 años? ¿Representa acaso a todas las personas mayores de 75 años? Pues no. Lamentablemente si ponemos en el buscador de google “icono & persona mayor”, o si buscamos en señalética de tráfico, nos encontraremos con esas mismas imágenes: bastones, andadores, figuras encorvadas, moños.
Si además de los iconos hablamos de las palabras, los términos “ancianos”, “viejos”, “jubilados”, “abuelos”, “tercera edad”, o los posesivos “nuestros mayores” no son adecuados. ¿Por qué? Porque no representan las diferentes maneras de envejecer.
Matias Prats ha bromeado sobre el tema del icono. Comenta divertido que es “algo exagerado, algo negativo”… , y perdona al grafista por su descuido. Pero este tema no es una broma, porque no es la primera vez que ocurre.
Es necesario dejar de usar un lenguaje que estigmatiza, excluye y daña. Lo que hay detrás del bastón que sorprendió a Matías Prats es el Edadismo. Un prejuicio que hay que desterrar y que consiste en asumir que las personas de cierta edad no pueden o no deben hacer toda una serie de cosas.
Es necesario dejar de usar un lenguaje que estigmatiza, excluye y daña. Lo que hay detrás del bastón que sorprendió a Matías Prats es el Edadismo. Un prejuicio que hay que desterrar y que consiste en asumir que las personas de cierta edad no pueden o no deben hacer toda una serie de cosas.