A la segunda no va la vencida por mucha prisa que tengan Pere Aragonès y ERC por llegar a la presidencia de la Generalitat.
Sin pacto con Junts para una investidura en los próximos días, lo que dejó claro el debate en el Parlament es que la disputa entre independentistas no es determinar quién es el president sino quién manda.
Aragonès reivindica un liderazgo desde el Govern “sin sustituciones ni tutelas”.
En Junts aceptan que los republicanos se pongan al mando de la acción ejecutiva pero quieren una “dirección” colegiada para el procés independentista en la que Carles Puigdemont tenga un papel clave.
Mientras tanto, En Comú Podem insiste en su opinión de que el pacto ERC-Junts no acabará bien. Y de momento parece que no les falta razón. Ojalá estén en lo cierto, los de ERC se caigan del burro, se den cuenta de que con los socios con lider en Bruselas no tienen nada que hacer y se abran a pactar con otras fuerzas progresistas del país.