en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

jueves, 11 de marzo de 2021

Por fín Ciudadanos juega su papel.
Y a Casado solo le "queda" Feijóo.

Inés Arrimadas ha hecho lo que tenía que hacer; de hecho, y probablemente, lo único que podía hacer ya si quiere intentar que Ciudadanos sea un partido con entidad propia, no "el socio del PP" allá donde exista. 
Albert Rivera, seguramente el peor político y estratega de la historia postfranquista, dilapidó en segundos un poder institucional muy grande al aliarse con la ultraderecha de Vox y la derecha del PP en una foto en la Plaza de Colón de Madrid que hoy debe de ser la peor pesadilla de Arrimadas -aunque nunca estuviera allí- junto al Parlament que llenó un día de asientos naranjas sin pena ni gloria.
O Arrimadas intenta lo del partido de centro liberal -aun con escasas garantías de éxito dado el estado del partido enfermo- o desaparece como UPyD; y eso, hoy,
 comienza por desvincularse de Vox.
Quizás ostentar la Presidencia de Murcia, quizás la de Madrid y veremos si la de Castilla y León, insufle algo de oxígeno a Ciudadanos; el poder siempre ayuda, incluso prestado.

Esta foto ha pasado a la historia. Con el PP de Casado se rompió el partido por la derecha y surgió Vox. Ahora a roto por el centro del PP rompiendo con Ciudadanos. El curriculum de Casado pasará a la historia popular  como el presidente mas desastroso de su historia.

Sin Ciudadanos a su lado, ¿qué le queda a Pablo Casado?
¿Qué le queda a la calle Génova antes de ser deshabitada completamente?

Primero, un número dos, su mano derecha, secretario general Teodoro García Egea, fracasado en su tierra: no ha podido evitar la moción de censura en la Murcia que le parió.

Segundo, una Isabel Díaz Ayuso que echa a su partido -de casi toda España- en brazos de la ultraderecha, no solo del partido Vox, sino de la ideología más radical. 

Y en tercer lugar, a Casado y al PP les queda Alberto Núñez Feijóo, que no se habría presentado a las últimas elecciones en Galicia si no viera posibilidades de irse a Madrid como líder por aclamación, que es para él, la única forma de irse; a hombros de dirigencia y militancia.