Hacia el año 1.463 empezó a sentirse la necesidad de más espacio en lo que era la superficie ocupada por las Siete Calles.
Y 20 años más tarde, concretamente en 1.483, Bilbao consiguió la autorización de la Reina Isabel, para extenderse por las tierras bajas del Arenal y del arrabal de San Nicolás, derribándose la muralla y abriendo nuevos caminos hacia los arenales del meandro de la ría y por sus rondas de muralla.
Desapareció, por tanto, el Portal de Zamudio como parte de la muralla, convirtiéndose en una pequeña plazoleta. Como Portal de la muralla, recuerda el camino que venía desde Zamudio, en donde se hallaba el linaje de los Zamudio, uno de los más ricos y poderosos de Bizkaia, en diversos períodos de los siglos XIV y XV. Y como plazoleta, confluían en ella las tres calles que dieron origen a la Villa (Somera, Artecalle y Tendería) y daba salida a la calle Real, luego llamada calle de la Cruz.
Así pues, con la citada autorización de la Reina Isabel, se abrieron: