El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

lunes, 21 de enero de 2019

¿No Podemos?

Es una lástima que la atmósfera que se respire en el partido de Iglesias esté ahora irremediablemente viciado por la decisión del candidato madrileño, pero es indiscutible que el problema lleva mucho tiempo a flor de piel. 

El escenario de ruptura que ahora se desencadena saca a la luz un problema que se lleva fraguando tiempo atrás. Hartos del hiperliderazgo ejercido por Pablo Iglesias y críticos con sus mensajes y actos contradictorios, diferentes dirigentes han ido distanciándose o han sido purgados del partido. 

El ejemplo más reciente es Andalucía, donde Teresa Rodríguez no solo se desvinculó de las siglas sino de las mismas reglas internas. La ruptura en el seno de Podemos es bastante evidente y no deja de aflorar lo que se esconde debajo de la formación: un variopinto conjunto de organizaciones que en teoría hacían virtud de su diversidad, si bien algunos lo decían sin desmarcarse del tradicional "centralismo democrático" marxista.

Lamentablemente, la izquierda del PSOE está a punto de perder una hermosa posibilidad de mantener esa diversidad plural y respetuosa. Se está a tiempo de rectificar desde el Podemos oficial, pero no soy especialmente optimista al respecto y su derrota afectará a la mayoría progresista del país. Y eso sí que es triste.