“Aquellos que te hacen creer en absurdos, pueden hacerte cometer atrocidades”. Voltaire.

lunes, 28 de enero de 2019

La enseñanza pública, única garantía de cohesión social, equidad, inclusión y mejora del nivel de excelencia, debe convertirse en el eje del sistema educativo.

elsaltodiario.com/educacion

Hoy ha comenzado la preinscripción de cara al curso que viene y es un buen momento para reflexionar.


La CAV es la comunidad autónoma con más enseñanza privada subvencionada de todo el Estado (48,1%) y también es la que tiene menos enseñanza privada no subvencionada (0,8%). 

A excepción de Bélgica y Holanda, los países europeos hacen una apuesta clara por la escuela pública, situándose esta por encima del 85% en la primaria y por encima del 70% en la secundaria. 

El sistema educativo vasco es una anomalía en el contexto europeo. Esta anomalía de la CAV, lejos de apuntalar la cohesión social que debería garantizar el conjunto del sistema educativo, está ahondando, año a año, en las diferencias sociales entre el alumnado. 

Recientemente, la Plataforma a favor de la Escuela Pública Vasca de la capital alavesa, formada por asociaciones de madres y padres y sindicatos, denunciaba que el 92% del alumnado extranjero de Infantil y Primaria de la ciudad está matriculado en centros públicos, y que en 19 de ellos el porcentaje de alumnado extranjero supera el 30%. Además, ha bajado un 40% el índice socioeconómico de las familias que llevan a sus hijas e hijos a la escuela pública. De este modo, denuncian que “estamos construyendo una sociedad que condena a las criaturas de familias pobres a relacionarse solo con otras familias pobres, mientras el resto se refugia en centros que dan la espalda a la realidad diversa de la ciudad”.


El problema de la segregación escolar no se limita a la capital vasca. EHIGE, la Confederación de Madres y Padres de la Escuela Pública Vasca, ha denunciado en más de una ocasión que la escuela pública es la que hace un mayor esfuerzo de escolarización de la diversidad. Este organismo ha solicitado que se revise la financiación de los centros privados-concertados que no se impliquen en el objetivo de conseguir una escuela equitativa e inclusiva.


Lejos de poner en entredicho este modelo dual segregador, el Gobierno Vasco ha puesto en marcha un debate entre los agentes educativos que pretende blindar el sistema actual en una futura Ley Vasca de Educación. Por su parte, las patronales de la red privada llevan años presionando para aumentar su financiación y redefinir el concepto de lo público. Quieren la financiación de la pública manteniendo los privilegios de ser privados (titularidad privada, autonomía para elegir al personal y para inculcar su visión del mundo —religión y segregación por sexo incluida—, etc).



El diseño de nuevas políticas debería ir dirigido a responder a estos nuevos retos. Por lo tanto, la enseñanza pública, única garantía de cohesión social, equidad, inclusión y mejora del nivel de excelencia, debe convertirse en el eje del sistema educativo si se quiere cambiar el actual estado de las cosas.