Basta con un recorrido por los portales y redes sociales de las organizaciones que llaman a sumarse a la misma, para encontrarme, de nuevo, con viejas consignas y eufemismos.
JESÚS PRIETO MENDAZA . 12 ene. 2019 El Correo
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Una vez más se refieren a crueles asesinos como presos políticos y represaliados; como activistas del Movimiento Vasco o militantes por la Liberación nacional; como patriotas que optaron por una vía, quizás dolorosa, pero respetable; como vascos que sufren injustamente en las cárceles de exterminio de España y Francia; como torturados a manos de crueles funcionarios que aplican una política de venganza; como héroes a los que debemos recibir al ser excarcelados por dar los mejores años de su vida por nuestra causa; como ciudadanos nobles cuyo único delito fue amar profundamente a Euskal Herria. Ni un mensaje de arrepentimiento, ni una señal de rechazo por la crueldad ejercida, ni un reproche al universo ideológico que les empujó al asesinato y a la cárcel, ni un mínimo balbuceo que pueda llevar a sus víctimas a otorgar el preciado don del perdón y sí, curiosa paradoja, desprecio hacia el Gobierno español por los acercamientos emprendidos o las modificaciones con respecto a la libertad para presos enfermos de gravedad.
Qué terrible decepción, constatar cómo tras un renovado envoltorio, uno se encuentra con las viejas medias verdades de siempre.