Si las urnas han salvado a Bonilla (-300.000 votos) e incluso le han convertido en el primer barón del PP, al gobernar la comunidad más poblada de España, esas mismas urnas han dejado a la expresidenta socialista andaluza Susana Díaz (-400.000 votos) a los pies de los caballos.
Pedro Sánchez firmaría gustoso el finiquito de la carrera política de su compañera, impulsora junto a Felipe González de la pinza que le forzó en su día a dimitir como líder del PSOE. Que lo intente dependerá de que resista en La Moncloa y al frente del PSOE.
Por mucho que Susana Díaz quiera seguir, sería extraño que el PSOE-A no se renueve tras el duro revés.