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sábado, 12 de enero de 2019

Tres ideas sobre la política penitenciaria

Hoy, un año más, se celebrará una marcha solicitando la libertad de presos vascos, concepto tan genérico que ya hace dar un paso atrás. Son gente que cuando habla de presos nunca concreta por qué estan en la carcel, nunca condenan los motivos y solo reivindican su salida. Algo que hace imposible acudir o secundar sus llamamientos.

Adjunto tres ideas sobre política penitenciaria que comparto y me alegraría lo hiciesen también los convocantes de hoy.

1// Tras muchos años de una política penitenciaria atravesada por la política antiterrorista y de una parte mayoritaria de los presos de ETA contrarios a usar los beneficios penitenciarios, se están dando cambios que deberían promover de manera ordinaria, sin excepcionalidades y vetos excluyentes, la progresión de grado hacia la reinserción social, como vía restaurativa de la convivencia y del injusto daño causado a las víctimas (vía Nanclares). La cárcel siempre debe tener como prioridad la reinserción, que pasa inexorablemente por el arrepentimiento previo y la restauración. Reconocer ahora lo que condenaban y por lo que mataban antes es una muestra más de su locura política.
2// Asimismo se debería practicar una política humanitaria de manera incondicional, acabar con la pena añadida que supone la política de alejamiento, y dar un tratamiento humanitario a los presos enfermos graves [El País, 2012], adecuado a sus enfermedades, sin esperar al riesgo inminente de muerte [El País, 2017] [teinteresa.es 2017] . 
3 // Los colectivos SareEtxerat y Kalera de apoyo a los presos oficialistas del EPPK (esto es, no a los de Nanclares, ni a los de ATA), mantienen un enfoque sesgado, que junto a reivindicaciones parciales compartibles, ampara tratar a los presos como si fueran mártires (los “ongi etorris” como máxima expresión), y pretende vetar los pasos hacia experiencias de justicia restaurativa, de perdón y reconciliación. Así consta en declaraciones de Kubati, asesino de Yoyes, e incluso de Joseba Azkarraga. Absolutamente inadmisible.