.jpg/220px-Susana_D%C3%ADaz_2016c_(portrait).jpg) Cuando uno que ha estado en política, por el motivo que sea, lo deja, una de las sensaciones que todo el mundo reconoce es que se nota, y se nota mucho, para bien o para mal, que de repente deja de sonar el teléfono y las sensaciones son contradictorias. Sin duda  es lo que estará empezando a pasarle a Susana Díaz ante su inminente salida de San Telmo.
Cuando uno que ha estado en política, por el motivo que sea, lo deja, una de las sensaciones que todo el mundo reconoce es que se nota, y se nota mucho, para bien o para mal, que de repente deja de sonar el teléfono y las sensaciones son contradictorias. Sin duda  es lo que estará empezando a pasarle a Susana Díaz ante su inminente salida de San Telmo.Tras el pacto de PP, Ciudadanos y Vox y aunque inicialmente ha anunciado que piensa seguir, el PSOE andaluz asiste a los prolegómenos del terremoto por la pérdida de la Junta de Andalucía por primera vez tras 36 años ininterrumpidos de poder y esto, sin duda provocará que en la inquebrantable federación andaluza aparezcan las primeras grietas y que también por primera vez el liderazgo de la antaño todopoderosa Susana comience a cuestionarse.
Seguro que muy pronto aparecerán dirigentes del PSOE andaluz reconociendo que la pérdida de la Junta obliga a una renovación del liderazgo. Y creo que es bueno. Bueno para la Democracia, para España, para el PSOE, sobre todo el del presidente Sanchez, y creo, que para ella también.
Esperemos que no se haga de rogar ... demasiado. Y aunque hoy haya dicho lo contrario, la realidad le convezca en poco tiempo.
