El injusto reparto de la riqueza en el planeta y el injusto reparto y administración de lo que tenemos en él no es responsabilidad de la gran masa social de la que todos formamos parte, sino más bien de las grandes multinacionales y administraciones a su servicio. De los grandes gobiernos que nos manejan a su antojo.
Y resulta curioso ver cómo crecen, con el desarrollo de las tecnologías, las peticiones de ayudas y solidaridad como si delegasen en nosotros el éxito o no de sus múltiples y diferenciadas acciones solidarias.Así, resulta que te dicen que si escuchas una canción en youtube, por muy horrible que sea, y la haces saber a tus amistades, alquien dará un euro al grupo que canta en el vídeo para apostar por no se qué enfermedad rara,
otro anuncio va y te dice que si mandas una palabrita en un mensaje de WhatsApp, un infante en africa será vacunado,
otra te invita a buscar palabras en un buscador determinado para que ellos planten un árbol no sabemos dónde,
La última, una conocida marca comercial que, a la hora de pagar te obliga a decir si quieres o no colaborar con su apoyo a no se qué, y así, cantidad de variantes que como te dejes comer el coco, vas a casa orgulloso porque te crees que has apoyado la investigación, has salvado un niño y has plantado un árbol, y ya con eso parece que sobra lo, en mi opinión, verdaderamente importante, esto es, que le exijas "con tu voto" a tu admninistración que lo haga.
La investigación, la salud internacional de la infancia o las plantaciones del planeta no pueden estar al albur de esos "llamamientos de solidaridad". Además, no suele ser sencillo hacer seguimiento de la veracidad de sus promesas.