Todas las "revoluciones" que en los últimos tiempos hemos conocido en los países árabes han vivido dos fases claras. Una primera con lucha ciudadana contra el régimen militar opresor y una posterior en la que los islamistas radicales toman la vanguardia de todos esos movimientos contrarios al régimen defenestrado y, con la religión de por medio, y como mezcla de pastores que saben lo que quieren sus ovejas y vanguardia dirigente que conoce las necesidades de su pueblo, eso sí, sin preguntarles nada por si acaso surge el riesgo del revisionismo, culminan el proceso transformador, dejándolo en otra dictadura con rostros diferentes, los de las mujeres tapados evidentemente, y con la duda de si la famosa frase de "cualquier tiempo pasado fue mejor" se convierte en realidad.
El caso más reciente lo estamos viendo en Siria donde, ¡qué quieren que les diga!, si tengo que elegir entre el actual dirigente, un auténtico hijo de la gran puta, y los jefes de los que aparecen en el vídeo pues ... igual me da igual que me da lo mismo.