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martes, 14 de mayo de 2013

Por una nueva ley de partidos para un nuevo tiempo de democracia


La democracia se alimenta de democracia y quienes aquí nos congregamos, preocupados por la degradación de nuestro sistema democrático, queremos hacer un ejercicio de ciudadanía activa comprometiéndonos en la mejora del funcionamiento de los partidos políticos, porque consideramos que de ello depende la calidad de nuestra convivencia democrática.

Tras 35 años de democracia y 5 de una dura crisis económica, con más de seis millones de desempleados y un alarmante nivel de corrupción, asistimos a una verdadera crisis que afecta sin distinción a la gran mayoría de las instituciones políticas, territoriales, económicas y sociales, hasta el punto de ponerse en cuestión, no solo la Constitución que ha servido como base de nuestra convivencia, sino la capacidad del propio sistema para asegurar el progreso y el bienestar de la ciudadanía.

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La actual desafección ciudadana respecto de los políticos y de la política debe encontrar una solución democrática a través de reformas profundas. Es necesario abrir una nueva etapa con nuevos instrumentos para hacer que los partidos puedan seguir realizando su papel como servicio público que garantiza el derecho de participación política a toda la ciudadanía.

Por tanto, sigue teniendo total vigencia el artículo 6 de la Constitución Española, cuando declara que los partidos políticos “expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política” y establece que “su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley”. Sin embargo, este articulado debe desarrollarse, actualizarse y aplicarse plenamente especialmente en lo que se refiere al desarrollo de la parte final de dicho artículo, en la que se estipula, en relación a los partidos, que “su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos”.

No hay progreso sin reformas, y creemos que el funcionamiento de los partidos y el sistema político es demasiado serio e importante para dejarlo sólo en manos de sus dirigentes. Se debe acomodar el funcionamiento del sistema a una ciudadanía que exige oportunidades de participación, de expresión, de elección y representación (reconocidas explícitamente en el artículo 23 de la constitución) sin las cuales la democracia se reduce a un mero formalismo, poniéndose en peligro su propia legitimidad.

Por ello, nuestro compromiso es promover, con el máximo apoyo ciudadano, desde la máxima pluralidad y desarrollando un ejercicio pleno de ciudadanía comprometida con nuestra sociedad y nuestra convivencia, una nueva ley de partidos que responda a la voluntad de quienes dentro o fuera de los partidos políticos exigimos más y mejor democracia.

Una ley de partidos que garantice un funcionamiento plenamente democrático tanto para quienes se afilian, como para sus simpatizantes y electores, dotándoles con la capacidad de elección directa de cargos orgánicos y candidaturas electorales, creando vías de participación ciudadana en la definición de objetivos y propuestas, y asegurando la mayor transparencia de las organizaciones políticas en todas sus actividades.

La política necesaria para salir de la crisis económica, política e institucional, requiere unos partidos que actúen con transparencia y principios democráticos firmes. Para ello deben cambiar la manera en que funcionan, eligen a sus dirigentes, elaboran sus políticas y rinden cuentas a la ciudadanía. Este cambio debe abordarse cuanto antes.

En suma, una nueva ley de partidos para un nuevo tiempo de democracia.