Ya se ha terminado la jornada de la huelga política que los movimientos cercanos o de la órbita de la izquierda radical vasca habían convocado para hoy. Su seguimiento ha sido similar al voto político que suelen conseguir en las urnas. Es decir, claramente minoritario.
Los sindicatos, en sus reuniones internas, estarán reconociendo su menor eco que en otras ocasiones, el hastío de la gente ante este tipo de actos que no sirven mas que para fracturar y dividir una sociedad suficientemente fracmentada de por sí, y que los "incidentes" acaecidos fruto de algunos sabotajes y de algunos piquetes poco dados a respetar la voluntad de quienes no opinan como ellos, poco van a ayudarles a aumentar la adhesión social que esperaban.
En Sopelana, una isla de influencia "eladia" por antonomasia, rodeada de municipios donde la vida mercantil se ha realizado con normalidad, en el ambiente callejero se respiraba miedo o precaución que cualquier visitante podía deducir al comprobar que la unanimidad en el cierre de casi todos los comercios no podía deberse al convencimiento de los mismos a los eslóganes de la convocatoria, sino mas bien a métodos y conversaciones, cuando menos, pre democráticas.
Algunos se preguntarán hoy si están mas cerca de sus objetivos que ayer y, a poca cordura que tengan, tendrán que reconocer que no. Habrá quien empiece a pensar en la novena convocatoria. Quizás algún dirigente piense en replantear sus estrategias. ¡Ojala!
