El Gobierno Vasco considera "profundamente equivocada" la ley que en 2010 aprobó el Parlamento de Vitoria para instaurar el 25 de octubre como Día de Euskadi, pero no promoverá la derogación de la norma por el momento porque este debate generaría nuevamente división en la sociedad vasca. Hasta aquí el titular de la noticia y a partir de aquí mi comentario.
Me parece razonable y conveniente que en momentos como los actuales, en los que la búsqueda del acuerdo y del consenso deben de ser prioritarios, no abramos nuevos frentes de debate ni motivos de desencuentro.
Tan razonable o tan artificial resultan una fecha como otra. Ni el Día de Resurrección de la religión católica, ni el Día de aprobación del referéndum me parecen especialmente motivadores para decidir que tengan que ser asumidos por todos. La primera fecha fue puesta por determinados grupos y la otra por otros. Yo no haría guerra donde no hay motivo.
Lo que sí es cierto, en mi opinión, es que, sea la que sea, necesita de un acuerdo y mayoría mayor que las dos fechas anteriores para suplantar o sustituir a ambas. No sé si dos terceras partes, tres cuartos o kilo y medio, pero lo que hace falta es consenso y acuerdo para que a la tercera sea la vencida.
