La Unión Europea debería quitarle al Gobierno y a la televisión israelíes la posibilidad de usar a sus cantantes
para blanquear su imagen y proyectar al mundo un país moderno, inclusivo, tolerante y progresista.

miércoles, 8 de mayo de 2013

La princesa ya no está triste

En este cuento floreado, 
artificioso y modernista 
en que algunos parecen empeñados 
en convertir la monarquía parlamentaria española, 
la princesa, 
a diferencia de la imaginada por Rubén Darío, 
ya no está triste. 
Al menos nuestra infanta Elena. 
Ya no se escapan suspiros por su boca de fresa, 
ya ha recuperado la risa y el perdido color. 
Porque nuestra princesa está alegre 
al saber que ningún juez malvado 
interrogará a su hermanita Cristina, 
que podrá seguir siendo esa buena madre y esposa 
junto a su guapo y deportista esposo ...
que, 
a diferencia de los cuentos infantiles, 
se transformó en un sapo corrupto, 
viscoso y verrugoso de ambiciones, 
tras el leve contacto del primer beso nupcial....