La Cumbre de Alcaldes del Mundo celebrada estos días en Bilbao nos ha mostrado una vez más el excedente de autoridades que tenemos por estos pagos, con lo que supone de derroche de cargos públicos, administraciones y la necesidad que se "autocrean" todos ellos de salir en la foto y decir unas palabras.
Así el Alcalde, que ha actuado como presidente de la jornada, ha tenido una relevancia especial que nadie cuestiona y que deja claro la importancia de la ciudad, del municipio, como primer y mas importante punto de toma de contacto de la ciudadanía con la administración.
Y como máxima autoridad de la región europea en la que se asienta la ciudad que acoge la cumbre y representante del Estado en la Comunidad, el Lehendakari ha estado a la altura de las circunstancias cumpliendo su papel. Hasta aquí todo correcto.
Y a partir de aquí, el resto como que sobra. El Borbón por doble motivo. Por ir de Príncipe en una sociedad democrática donde su justificación suena a chiste. Para representar al Estado ya está el Lehendakari. Y si el jefe del Estado no puede venir que no venga, insisto, ya está el Lehendakari, pero ... que mande a su hijo preferido .... ¡puf!
Y lo de la cuarta "autoridad" es patético. Justificar la presencia allí de Jose Luis Bilbao, si no es por lo del apellido, suena a chiste. Cargo absolutamente sobrante e innecesario. El ejemplo de hoy era algo más que obvio.