Nos vamos como vinimos: como ciudadanos absolutamente anónimos, absolutamente plurales y absolutamente libres.
Como ciudadanos de a pie, hemos hecho todo lo que estaba a nuestro alcance para hacer frente al fenómeno de la violencia y a sus indeseables efectos.
Desde la infinita solidaridad con las víctimas, que encarnaron el ataque que iba dirigido contra todos nosotros, hasta la exigencia para que el Estado de Derecho fuera escrupuloso en su respuesta ante el terror, Gesto por la Paz siempre ha desarrollado actitudes y pensamientos que pudieran servir para compartir los mínimos éticos de la convivencia.
Poder decir adiós con este esplendor en la conciencia, constituye la parte jubilosa de nuestra celebración.
Proclamamos nuestro orgullo por haber podido formar parte de ese grupo de gente que supo levantarse de la postración ética que sufría nuestra sociedad para emprender el camino hacia el horizonte de la dignidad humana".
Un largo aplauso, un último minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de ETA y la suelta de globos blancos en forma de paloma con las alas extendidas (el símbolo que presidía todas sus pancartas), han puesto fin al acto y a la trayectoria de 28 años de nuestro colectivo pacifista.