El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

jueves, 6 de junio de 2013

Otegi es preso de las conveniencias de Rajoy

Desde Euskadi observo con preocupación la práctica congelación de un proceso de paz y convivencia cuya existencia, claro está, es negada por el PP vasco. Y la decisión del Tribunal Constitucional, asumiendo los argumentos jurídicos y "políticos" del fiscal, para mantener en la cárcel a Otegi, Díez y otros, es un eslabón más que alimenta una política inmovilista de Rajoy en la que priman los intereses electorales y la cohesión del PP frente al interés de un Estado democrático que buscaría garantizar la disolución total de ETA tras producirse su deslegitimación y derrota. 

La realidad vasca se ha transformado y la paz se va instalando en la calle con sus contradicciones y heridas. Pero la legislación sigue ahí porque tampoco ETA se ha disuelto y existen otros fenómenos terroristas que amenazan a la sociedad democrática. Eso no justifica que el Gobierno de Rajoy se instale en el inmovilismo cuando se trata de activar el proceso de paz. Porque el PP se niega a participar en la Ponencia de Paz del Parlamento Vasco, despreciando el gesto básico del diálogo. Es el PP quien bloquea otra política penitenciaria, prudente y legal que permita la reinserción social e individual de los penados y su progresivo acercamiento a cárceles del País Vasco, medidas constitucionales.

Somos mayoría quienes reconocemos que esta es una etapa histórica y pedimos a las instituciones y partidos que estén a la altura de las circunstancias y sean conscientes de la necesidad de construir la convivencia cada día. Es un proceso complejo en el que debemos ir tejiendo complicidades con paciencia y prudencia, sí, pero a la vez manteniendo la unidad de los demócratas. Porque afianzar una "Paz con Memoria", evitando que reescriban la historia del sufrimiento causado por ETA, supone luchar por el recuerdo y reconocimiento a todas las víctimas, en especial a las de ETA, lograr el reconocimiento por parte de ETA del dolor causado, la entrega de las armas y su disolución final. Y nada de ello precisa de la permanencia de Otegi y Díez en la cárcel. Que hagan fuera su papel; no les demos razones para el victimismo.