PNV y PSE EE nos anuncian a bombo y platillo, con todo el fin de semana de prolegómeno, la enésima reunión entre las partes promemetiéndonos que esta vez van en serio. Por fin.
Me da la impresión de que se han dado cuenta desde Sabim Etxea que, parlamentariamente hablando, están demasiado solos, de que la estrategia de un día con unos y otro día con otro ya no cuela. Que las matemáticas solo permiten una formula y que con Bildu, por mucho que a ratos quieran disimularlo, no pueden dar ni un paso conjuntamente, por lo menos, hasta que terminan su larga travesía.
Por otro lado, los de la rosa, tras el traspiés electoral, y después de haber estado unos meses dando caña y devolviendo la mala leche acumulada de la anterior legislatura, a veces con razón, parece ser que ya han decidido que "ya vale", y ahora, tendrán que asumir su trocito de responsabilidad en esta única posible solución real.
Mientras tanto, unos y otros han dejado pasar seis largos meses sin cumplir los deberes. Si la noche electoral del hubiésemos encerrado en un convento sin posibilidad de salir hasta alcanzar el acuerdo, nos hubiésemos ahorrado mucho circo, mucha palabrería y tanto meandro innecesario.
A veces pienso que se creen que somos tontos, y que para adoptar distintos cambios de rumbo en sus políticas, y justificar sus "donde dije digo digo diego", se dan amplios plazos de tiempo, como intentando que se nos olviden antiguas declaraciones del uno respecto del otro. Error.
Pero, en fin, mas vale tarde que nunca porque nunca es tarde si la dicha es buena y si se sientan las bases de un acuerdo serio y estable mejor que mejor.