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miércoles, 12 de diciembre de 2018

Future Lovers, de La Tristura, en los Teatros del Canal, Madrid.

Future Lovers, lo último de La tristura, está otra vez en esta nueva temporada de los Teatros del Canal porque el interrogante que deja en el aire la pieza sobre el futuro que vendrá y sus protagonistas no puede ser más conveniente.
Esta invitación a mirarse en un grupo de chavales de 18 años está anclada en una preocupación por la memoria de lo que fuimos. Pensar de dónde venimos para sentir dónde estaremos.
Riesgo y libertad son, al fin y al cabo, los pilares sobre los que se sostiene Future Lovers, una ventana abierta a la vida de seis jóvenes que surfean la bisagra vital que son los 18 años. Millenials que manejan un cargamento de información como el que no había manejado ninguna generación anterior. El reto está en la aprehensión de una capacidad crítica para discernir lo útil de lo inútil, aunque esta obra está muy lejos de querer ser educativa; es más bien contemplativa, es detenerse a ver qué pasa en esos cuerpos y esas mentes con toda esa información que manejan. Entre realidad y ficción, La tristura nos invita a mirar a unos adolescentes sin apriorismos, sin prejuicios ni posjuicios. Dejarlos ser en escena como son en un botellón, pero botellón intervenido poéticamente.

No será una obra que incluya entre mis favoritas de las que he visto este año pero se deja ver.