Parece que no hay que ser especialmente listo para deducir que si el próximo viernes hay disturbios importantes y no hay encuentro entre Sanchez y Torra, la política de desinflamación del Presidente con el independentismo (no con toda Catalunya pues Foment le ha invitado a su cena anual) habrá fracasado.
Y en tal caso la vía, que ha dado frutos, de diálogo y negociación con Madrid quedará muy tocada. La Generalitat lo pasará mal y el independentismo catalán en particular y toda la ciudadanía del Estado en general correremos el serio riesgo de toparnos con el tripartito aznarista en la Moncloa.