El alto, el fuego en Gaza, que de momento parece estarse manteniendo no tiene detrás un proceso ni mecanismos para prevenir ataques y avances, israelíes, ni para forzar al ejército israelí a retirarse.
Mientras Trump habla del éxito del plan de paz, los israelíes mantienen los dedos en los gatillos de armas que siguen apuntadas a la población civil de Gaza. (martin.gak)

sábado, 17 de abril de 2021

Con el "negacionismo" no podemos ser tolerantes,
ni podemos ser condescendientes.
La libertad no es permisividad,
ni hacer lo que nos plazca,
ni existe sin solidaridad.

Resulta fácil sentirse atraído, hasta sucumbir, por el canto de sirenas que se esconde tras una reivindicación de libertad, que tiene más de enganche a costumbres y comodidades, que de reivindicación reflexiva, profunda y comprometida. 


Confundir felicidad y comodidad es “un signo de estos tiempos”, e identificar “libertad” con hacer lo que nos plazca , es el fundamento filosófico imperante.

De seguro que existe buena fe en muchas de las personas que se apuntan a la ola, pero mezclar y prostituir la palabra libertad juntándola con presuntos derechos individualistas ante el colectivo social es profundamente injusto y no se puede consentir.

La defensa de la “libertad" (curiosamente con la ultraderecha como vehemente adalid), centrada en la idea de que debemos revelarnos frente al “fastidio” que acarrea toda norma que nos pueda arrebatar “confort”, se muestra antagónica a esa otra concepción que concibe la Libertad como un ejercicio responsable y empático aportando nuestra ”ayuda” al desarrollo de salidas colectivas -y, por tanto, solidarias-.