en la que los catalanes elegirán su Parlamento.
en la que elegiremos el nuevo Parlamento Europeo.

lunes, 5 de abril de 2021

¡Oh, libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!

 Tardé poco en comprender que la justicia social no podía depender de la caridad. Era necesario luchar por un mundo mejor. Y al entrar en la Universidad, me encontré con un panorama político en el que el deseo de justicia resultaba inseparable de la militancia contra la dictadura franquista. Hacerme "de izquierdas" fue para mí luchar por la libertad y la justicia social, heredero de una militancia que durante años había arriesgado su vida y su trabajo en nombre de la igualdad social. Cuando, años mas tarde, en un viaje a Rumania, comprobé que en nombre del comunismo se habían forjado dictaduras corruptas, me costó poco trabajo repudiar el estalinismo. Una voz me dijo al oído: “este tipo de comunismo es una sangrante tomadura de pelo”. Ni un paso más sin libertad. Pablo Neruda había escrito ya contra un sistema que llenaba de ahorcados los jardines de la Unión Soviética, y en España, como he dicho, eran inseparables las ilusiones socialistas y la lucha por la libertad. Por eso me pareció indecente el izquierdismo de los que seguían defendiendo torturas y muertes en nombre de sus justicias. El fin no justifica los medios. Desgraciadamente, algunos todavía no lo han superado. Fue Manuel Vázquez Montalbán quien en cierta ocasión reconoció publicamente, y yo lo asumo plenamente, eso de “en realidad, los que pensamos así somos socialdemócratas”. Creo que la gente que en los setenta nos considerábamos de izquierda radical, y que a lo largo de nuestra vida hemos evolucionado hacia la socialdemocracia, tenemos la suficiente fuerza moral para "denunciar" a los neoliberales que defienden esa política que se parece mucho a un genocidio, a una ley del más fuerte que no tiene escrúpulos al hacer negocio sobre la dignidad y la vida de las personas. Habrá que poner un poco de orden social, porque esta libertad que ellos defienden es una tomadura sangrienta de pelo.

A ellos, a esa derecha (la del actual PP de Casado y Ayuso, Vox, etc ...) habría que recordarle la famosa frase que pronunció Madame Roland cuando subía al patíbulo:
“¡Oh, libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”.