Es un grito por la paz, un símbolo contra la guerra.
Un emblema pictórico en forma de mural de grandes dimensiones que fue realizado por Pablo Picasso nada más conocerse el bombardeo de Gernika del 26 de abril de 1937, del que hoy se cumple su 84 aniversario.
Desde entonces, es una de las obras cumbre del arte mundial, replicado miles de veces en otras tantas formas.
Hasta en chocolate.