Una mujer, después de perderlo todo durante la recesión, se embarca en un viaje hacia el Oeste americano viviendo como una nómada en una caravana.
Un viaje que tiene más que ver con la transitoriedad de la vida, la sensación de ser parte del fluir de la naturaleza, que todo esté donde se supone que debe estar. El viaje de Fern no es un viaje de giros de guion, sino un viaje interior a través del tiempo.
Un viaje que tiene más que ver con la transitoriedad de la vida, la sensación de ser parte del fluir de la naturaleza, que todo esté donde se supone que debe estar. El viaje de Fern no es un viaje de giros de guion, sino un viaje interior a través del tiempo.
Tras el colapso económico que afectó también a su ciudad en la zona rural de Nevada, Fern toma su camioneta y se pone en camino para explorar una vida fuera de la sociedad convencional como nómada moderna.
El resultado es una película que parece no seguir un rumbo preestablecido, sino que se va construyendo a partir de hallazgos luminosos: la belleza de los lugares que descubrimos junto a Fern, la dignidad con la que la gente se enfrenta a la adversidad, las emociones y los abrazos compartidos... Señales de vida con las que combatir el desconcierto contemporáneo.
