Porque, tal como indica Aulestia en El Correo de ayer, en la vindicación histórica de su investidura el de la foto se "olvidó" de un
episodio crucial y nefasto. El papel que Oriol Junqueras y especialmente Marta
Rovira representaron en aquella crítica noche del 26 al 27 de octubre de 2017,
que desembocó en una declaración simulada de independencia.
La ERC supuestamente posibilista y moderada, el partido de Aragonés, no debería remontarse ochenta años atrás. Debería comenzar por reconocer que sus dirigentes de hace cuatro años convirtieron la histeria política en un recurso que colapsó la Generalitat y catapultó a Puigdemont al delirio.
Y Pere Aragonès i García será víctima de ese pasado del que no quiere dar cuenta.
La ERC supuestamente posibilista y moderada, el partido de Aragonés, no debería remontarse ochenta años atrás. Debería comenzar por reconocer que sus dirigentes de hace cuatro años convirtieron la histeria política en un recurso que colapsó la Generalitat y catapultó a Puigdemont al delirio.
Y Pere Aragonès i García será víctima de ese pasado del que no quiere dar cuenta.