Uno de los motivos más importantes de nuestras protestas o requerimientosa a las administraciones públicas y/o privadas, han estado claramente determinadas por la brecha digital, esa maldita distancia que crece día a día, entre las personas conectadas a través de telefonía e internet con otras empresas, administraciones, o entidades por un lado, pero también con familia, amigos y compañeros por otro.
Y hemos salido a la calle, hemos enviado comunicados, cartas,
nos hemos reunido con políticos y gente de la administración para solicitar comprensión y ayuda a los compañeros/as
irectamente afectados por esta brecha.
No podemos quedarnos reivindicando antiguos derechos
que sin duda seguimos teniendo,
sin aceptar asumir, además, como colectivo y como personas
miembros de una sociedad que sigue avanzando
sobre todo tecnológicamente
en la medida de nuestras posibilidades,
nuestras nuevas obligaciones para con esa misma sociedad
a la que pedimos que no nos decabalgue.
Pero creo que nuestra reflexión no puede quedarse ahí.
La sociedad tiene que hacer un esfuerzo para no perdernos
y nosotros también para no quedar descolgados,