en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

miércoles, 5 de mayo de 2021

Reflexiones tras la hostia de ayer

La política líquida se ha impuesto
Ayuso respondió al desconcierto general provocado por la pandemia con una mezcla de falta de escrúpulos y audacia que ha funcionado. Sin principios pero con una estrategia clara y llevando al extremo la tesis acuñada por Zygmunt Bauman se ha beneficiado de esa combinación de incompetencia e ignorancia que ya señaló el sociólogo polaco y que provoca que a menudo los ciudadanos seamos incapaces de combatir las amenazas que tenemos delante. 

La derecha de Madrid no es como la europea. ¿Y la española? 
La Unión Cristianodemócrata alemana (CDU), el partido de Angela Merkel, reiteraba este lunes que con la extrema derecha “no se coaliga ni se coopera y ni siquiera se negocia". Era un mensaje a los ciudadanos pero sobre todo al ala más derechista de la CDU porque se escuchan ya algunas voces que defienden que exista un “diálogo” con Alternativa para Alemania (AfD). ¿Es un modelo a copiar para Pablo Casado?

La extrema derecha no solo crece por ‘méritos’ propios.
hoy lo es más que ayer porque hoy un partido que desprecia derechos humanos es más fuerte que ayer. Un partido al que muchos medios y articulistas han equiparado a Podemos, como si defender derechos y vulnerarlos fuese equiparable. La pregunta que debe hacerse la izquierda es si situar a Vox en el centro del debate no ha tenido el efecto contrario al buscado y en vez de anularlos los ha reforzado.

La izquierda no debe ir a remolque
Uno de los retos de la izquierda española y muy especialmente del PSOE es evitar lo peor, esto es, no dejarse contagiar por un modelo económico que no solo es injusto para las clases más desfavorecidas de Madrid sino que es profundamente insolidario con aquellos territorios que en el resto de España apuestan por una fiscalidad más progresiva y que distribuya mejor. 

Madrid es España pero España no es solo Madrid  
El ecosistema madrileño, incluidos la mayoría de medios que ahí se editan y que a menudo tienden a confundir la capital con el resto de España, funciona como una burbuja que es observada con atención y no poca inquietud desde fuera. Pero en las elecciones generales no vota solo Madrid. También lo hacen los españoles que más o menos satisfechos con el modelo autonómico no quieren renunciar a él. Incluso votan los independentistas que anhelan a una salida a un conflicto político que se arrastra desde hace, como mínimo, una década.