en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Dos apreciaciones, en mi opinión, elementales.

Vuelve el curso político y vuelven las antiguas discusiones. Pero las viejas cuestiones tienen siempre respuestas, también más o menos viejas, y ni tiene más mérito el que siempre cuestiona ni es más pesado quien responde en una misma linea a la misma cuestión. Y sobre los posibles cuestionamientos del famoso referéndum y posibles replanteamientos de reglas de juego siempre he pensado, y según pasa el tiempo con mayor convencimiento que ... :

- ... que cualquier sugerencia de nuevo marco, por ejemplo, la reforma del marco estatutario, debería contar con un respaldo no inferior al del Estatuto de Gernika, lo que implica un acuerdo que incluya por lo menos a los mismos que aprobaron éste, dicho de otro modo, no caben acuerdos que vuelvan a dividir a los ciudadanos en nacionalistas y no nacionalistas, y eso implica, indiscutiblemente, ampliar las visiones tácticas actuales.

- ... y que la idea de que el futuro de Euskadi no se decide en Madrid es un latiguillo que ignora que los vascos llevamos tres décadas y 37 elecciones de distinto orden decidiendo, de acuerdo con la legalidad, quienes queremos que nos representen dentro del amplio abanico de opciones democráticas. Y por lo tanto, si tenemos problemas para llevar adelante nuestro programa no es tanto porque no nos dejen, que algo de eso podría haber, no lo niego, sino porque la correlación de fuerzas no nos es favorable, y ésta vieja "máxima elemental" solo se pondrá a nuestro favor cuando el número de votos sea sensiblemente mayor. Y es ahí donde deberíamos, en mi opinión, de centrar nuestro trabajo.