en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Violencia. Tres sensaciones.

Violencia. Eso parece que ha tocado hoy. Pero con tres distintas sensaciones.

Sensación de Esperanza.
Porque oyendo la radio me he enterado que Fujimori pagará sus fechorías, o al menos, de momento ya está en el país que presidió y donde es acusado de varios crímenes. La justicia es, cuando es, inexorablemente lenta. Y todos sabemos que cuando es lenta deja de ser justicia, pero, al menos, tenemos el consuelo de que los asesinos, afortunadamente cada vez en más sitios, saben que tarde o temprano terminan cayendo..


Sensación de temor.
Porque todos los medios informativos se han hecho eco de la puesta en libertad de José Rodríguez Salvador, el llamado violador de la Vall d'Hebron, quien ha abandonado ya la prisión tras haber cumplido 16 de los 311 años que le fueron impuestos. La salida de la cárcel del violador, cuya puesta en libertad ha desatado en los últimos meses una amplia polémica sobre la rehabilitación de condenados con riesgo de reincidencia, se ha llevado a cabo con discreción para eludir a los medios de comunicación que pretendían cubrir su "licenciamiento". Y yo me pregunto si en estos casos no seria bueno legislar de una vez todo lo relacionado con el "Control telemático".

Sensación a la que no acierto a calificar.
Porque las dos obras con las que se iniciaba el curso operístico organizado por la ABAO, "El castillo de Barba Azul" primero y Elektra después, han tenido una importante carga de violencia, incluso un pelín mas de la esperada para los que nos conocíamos a grandes rasgos los libretos. Pero en definitiva dos claros ejemplos más de la esterilidad de la misma. El comentario artístico lo dejo para los entendidos y espero ansioso a leerlo en la prensa del lunes, pero he observado que el público bilbaíno, además de exigente, es bastante tradicional y le cuesta aceptar obras tan "modernas"como estas. Las criticas a la salida, en general, no eran muy buenas.