La iniciativa, por su especial naturaleza, aparece recogida en prácticamente todas partes: los que me han parecido más interesantes, Smart Mobs, Business Week, Boing Boing, Slashdot, o en español en El Mundo o El País, entre muchos otros, y me hace plantearme cuál será su acogida. De entrada, la temperatura de la que partía el proyecto se enfrió notablemente cuando se anunció que tras las pruebas de fabricación efectuadas ya a escala de fabricación industrial, el precio final del ordenador no sería, como se dijo desde un principio, de $100, sino de prácticamente el doble. Esto lleva la oferta de “uno por dos”, denominada XO Giving, a un precio de $399, que al cambio actual se sitúan en €283. Por otro lado, los promotores del proyecto, temerosos de que los usuarios de países desarrollados comparasen el OLPC con portátiles comerciales de otras marcas, lo encontrasen inferior y ello desencadenase una oleada de críticas negativas que provocasen un desprestigio del proyecto a nivel global, promovieron a finales de Agosto una serie de focus group con niños norteamericanos de entre siete y diez años, y se encontraron un muy elevado nivel de satisfacción, lo que indica que el producto, de entrada, supera el test de sus propias expectativas.
Mi impresión - y mi deseo, claro - es que la oferta puede ser un éxito: al puro interés filantrópico incentivado al mismo nivel que cualquier otra iniciativa similar (la donación es deducible fiscalmente), se une el hecho de que, por un precio muy inferior al de ofertas similares, lo que se obtiene es una máquina con un peso y portabilidad asombrosas, resistente a más no poder, con una apariencia perfectamente reconocible y buena reputación alrededor, con una interfaz cuidada en su usabilidad, pensada para una conectividad sencilla, y que llega en un momento en el que, cada vez más, lo que los usuarios necesitan es poco más que un navegador. Para muchas cosas, el OLPC me parece una máquina interesante no sólo para los países y necesidades para las que está diseñada, sino para casi cualquiera - no como máquina principal, pero sí como secundaria. Vamos, que me estoy pensando seriamente hacerme con una.