El Presidente del partido ha dado, para los que todavía no se estaban enterando de nada, el pistoletazo de salida a un proceso de debate interno que acaba con la elección de nuevos responsables políticos para los próximos tres o cuatro años.
La elección del material de debate que han realizado nuestros dirigentes de cara a que la afiliación lea, se manifieste y debata les ha llevado a tener que elegir: “unidad en la confusión” versus “claridad política” y, ante los tiempos que corren, han preferido descartar la segunda. Lo cual no digo que sea ni bueno ni malo, cada opción tenía sus ventajas y sus inconvenientes. Y así, parece más una acumulación de materiales tomados del histórico y controvertido "Plan" por un lado, y de la “Declaración sobre pacificación y normalización”, aprobada en octubre de 2005, por otro, con el objetivo de que cualquiera pudiese reconocerse en alguna parte de la ponencia.
O sea, un híbrido que evita la ruptura organizativa pero no la confusión política. Y llegados a esta situación me vienen a la memoria dos dichos populares: Por un lado “Si hay que aceptar pulpo como animal de compañía para que no nos enfademos y nadie rompa la mesa, lo acepto”, y por otro, “Vamos a repartirnos los papeles, tú escribes lo que quieras y yo interpreto lo que escribes, es decir, tú escribes las leyes y yo los reglamentos”. Un posible y bonito acuerdo ¿no?. A eso, yo también me apunto.