Dicen algunos aquello de "ladran, luego cabalgamos". Y no les falta razón. Ante el proyecto de Urdaibai ya han saltado "los de siempre", manchando paredes con pintadas y oponiéndose a un proyecto, sea el que sea, por venir de quienes vienen. Y los del PP también. Como siempre. Buena señal.
Por otra parte, hay dos proyectos ferroviarios en el país que levantan cierta oposición. Uno es el de la Y vasca que, como ya lo he dicho reiteradamente, lo apoyo de manera clara y rotunda, dudo de los principios ecológicos de quienes se manifiestan en su contra, y me recuerda a los mismos que en este país se opusieron al modelo de renacimiento bilbaíno en los 80, se opusieron a la autovía de Leizarán, al desdoblamiento de la "Avanzada" a su paso por Leioa, a la doble vía del metro bilbaino a su paso por Sopelana,... ¿Dónde han quedado todas aquellas feroces críticas?
El otro proyecto al que se oponen es al tranvía de Rekalde. A pesar de demostrarse la idoneidad del viejo/novísimo medio de transporte, algunos se empeñan en seguir haciendo bandera del "No". Y que lo hagan algunos no me extraña. Pero que otros, con tal de mantener la llama de las "protestas" contra los gobiernos municipales encendida, se apuntan a lo que salte. Me parece francamente irresponsable.
Algo parecido ha ocurrido por aquí, en Sopelana. Casi todos los partidos en contra de la OTA en un claro intento de joder al antiguo gobierno municipal local. Los responsables en esta legislatura "echan marcha atrás" sin un claro debate previo y donde algunos dijeron (dijimos) digo dicen Diego. El caso es que una medida que funcionaba dejó de practicarse. Ahora andan haciendo entrevistas o encuestas o consultas ciudadanas, de esas que no se prohíben por principio, y parece ser que hay un importante número de ciudadanos y ciudadanas que entiende que aquella medida, desde el punto de vista circulatorio, que es como debía de haberse analizado desde el principio, no estaba mal.
Y ahora ¿qué?