El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

martes, 8 de julio de 2008

Luis Solana sugiere que el PP tiene que integrarse en CiU

Luis Solana es militante socialista y promotor de Nuevas Tecnologías. En un artículo que ha publicado estos días en la red sentenciaba: "No hay nada que hacer: el PP en Cataluña no tiene futuro. Su Congreso de este fin de semana ha sido la segunda demostración de que el PP en Cataluña no existe. Puede haber un PP extremista que consiga un par de diputados. Puede haber un PP centrado que consiga cuatro. Pero nada que ver con lo que representa el PP en el conjunto de España. Hay que cerrar el PP de Cataluña".

La primera demostración rotunda de que el PP no tiene futuro en Cataluña se escenificó con los resultados de las últimas elecciones generales tras el Estatut.

Algunos pensaron que lo que había que hacer era incorporar más Vidal Quadras y otros que más Piqué. Se han intentado las dos versiones. Ha sido igual.

El PP está ya fuera del imaginario político de Cataluña.

Si Mariano Rajoy -en particular- y el PP -en general- no meditan lo pasado en los últimos años, no tienen más futuro que la marginalidad en Cataluña.

Naturalmente que yo no opino sobre si esto es bueno a malo; sólo cuento lo que está pasando y lo que debería de pasar según mis ideas.

En Cataluña, un partido conservador y con alma nacionalista dividida, tiene que optar por ser un partido decididamente españolista o ser parte del conservadurismo catalán.

Si opta por el españolismo, será un partido marginal; si opta por el conservadurismo catalán tiene que integrarse en CiU. No hay muchas más opciones.

Esta situación no es radicalmente distinta de la que tienen otros partidos nacionales.

Miremos a Izquierda Unida: Llamazares no manda nada en su formación catalana.

Analicemos al PSOE. Sólo por la inteligente anticipación de autonomía del PSC, el PSOE sigue siendo una parte importantísima de la política catalana.

El PP debería pensar un poco más en su negro futuro catalán.

Don Mariano, deje que se desgaje un grupo ultra y únase con sus mejores a CiU. Por el camino que va, no hay posibilidades de que su partido signifique nada en Cataluña.

Y terminaba Don Luis preguntándole a Don Mariano: Y sin Cataluña ¿va usted a gobernar España?

Ciertamente no le falta razón a Luis Solana. Pero, si pensamos a corto plazo en una Euskadi sin ETA, si pensamos en una sociedad menos radicalizada, ¿cabría dentro de una década plantear una cuestión parecida en Euskadi?