Los gobiernos que se están formando con alianzas secretas o todavía no publicadas y dadas al conocimiento del público en general suelen servir para cultivar el oscurantismo de la política y poco ayudan a considerarla cercana a la ciudadanía.
En general terminan provocando a corto plazo una "inestabilidad" que los gobernados no se merecen y puede asegurarse que cuando uno hace pactos que no puede hacer públicos tiene un problema evidente de transparencia.
Y esto ocurre entre el trifachito madrileño y en otros municipios mucho más cercanos. No hace falta dar nombres para que cada uno entienda o se sienta aludido.