en la que los catalanes elegirán su Parlamento.
en la que elegiremos el nuevo Parlamento Europeo.

sábado, 22 de junio de 2019

NO es abuso, es violación. Al fin hay justicia.

El Supremo es rotundo en su fallo. Habla de error en la calificación jurídica, de intimidación, de la ausencia de consentimiento y de que ella tuvo que someterse ante “la angustia e intenso agobio que la situación le produjo”. 
Un caso que muestra lo importante que es llamar a las cosas por su nombre, ahora que algunos partidos están interesados en desmontar nuestros derechos y conceptos. Llamar a la violación, violación; y a los violadores, violadores. Sin atenuar un ápice sus hechos. 
elperiodico.com/es/
El caso ha mostrado las graves asignaturas pendientes que quedan. Este fallo del Supremo NO significa que la justicia no sea ya patriarcal, como algunos listos dicen. Significa que antes de llegar al Supremo sigue existiendo en la justicia ese machismo que se vale de estereotipos, que revictimiza y que no reconoce la violencia sexual. Y eso es un peligro. 
Para llegar a hoy han pasado tres años. Tres años de señalar a la víctima y a su familia, de un desgaste emocional intenso, de zancadillas para recuperarse de las secuelas, de una vida expuesta ante todos. 
Tiempo perdido y dolor de más, ese el resumen que hay detrás de este fallo. Ella podría haberse ahorrado mucho sufrimiento de no ser por aquellos primeros jueces. Pero a partir de ahora el fallo sienta jurisprudencia. Que la vergüenza, el estigma y la cárcel caiga sobre todas "Las Manadas".