No confundas mi personalidad con mi actitud.
Mi personalidad es quien yo soy, mi actitud depende de quién seas tú.

sábado, 31 de octubre de 2020

El laicismo francés debemos defenderlo con inteligencia, firmeza y máxima unidad europea.

El laicismo francés, que protege tanto la práctica de las religiones como el derecho a la crítica, es una bandera que los europeos no podemos arriar para apaciguar a quienes pretenden sentirse ofendidos por unos dibujos o textos literarios. 

La caricatura de figuras sagradas o de profetas no atenta contra ningún derecho ni limita ninguna libertad. No valen excusas ni coartadas ante estas acciones repugnantes. 

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se ha puesto a la cabeza de una ofensiva contra Macron con una distorsionada interpretación de su defensa de los valores republicanos y europeos. 

No cabe retroceder ni un milímetro en ese esfuerzo. Hay que hacerlo con inteligencia —para no prestar nunca el flanco a sujetos que buscan fomentar la agitación y la polarización sectaria—, firmeza y máxima unidad europea.