en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

martes, 20 de octubre de 2020

O ponemos medidas contundentes a las ideologias y/o religiones fanáticas o ...

Ayer hablaba de "separatismo ideológico".

Lo ocurrido en Francia es un ejemplo claro.

La historia de una campaña de odio que se inicia con un padre que se declara indignado porque supuestamente su hija era víctima de la islamofobia; se da a conocer al mundo con la ayuda de un predicador fichado por los servicios de seguridad que le ayudó a impulsar una campaña en las redes sociales; y termina con un refugiado de origen checheno de 18 años que, inspirado por la polémica, decidió dar un paso más y asesinar al docente.

¿El motivo? Mostrar en el aula dos de las caricaturas de Mahoma publicadas en el semanario satírico Charlie Hebdo. Pero es que, además, extremando la cautela y con ánimo de no herir sensibilidades, diciendo a su alumnado que pueden renunciar a mirar los dibujos. Todo ello en un centro de educación público donde se defiende el respeto a todas las ideas y, a la vez, la laicidad del Estado.

Está claro que hay ideas que no respetan la laicidad. Que no respetan que los demás lo hagan. Que se enfrentan abiertamente contra quienes se manifiestan contrarios a sus ideas.

O ponemos medidas contundentes a las ideologías y/o religiones fanáticas que quieren imponer sus modos de vida, o veremos nuestro futuro oscurecido por sus presiones, sometimientos obligatorios, coacciones, exigencias, y en definitiva, su tiranía.