El madrileño es el único animal que tropieza dos veces en la misma pandemia y cuatro o cinco en la misma presidenta. Lo explica fantásticamente David Torres en Público. Lo de la piedra lo tenemos dominado hasta el punto de dejar obsoleto aquel famoso pueblo de Gila, en cuyas fiestas el momento cumbre consistía en romper una piedra de media tonelada a cabezazos: "La destrozó el Aurelio, de dos cabezazos" cuenta Gila. "Cogió carrerilla y la hizo polvo. Lo malo es que al poco se murió. Por fanfarrón, por ir por ahí diciendo: Yo sin boina, a cabeza descubierta". Sin boina y a cabeza descubierta, más o menos igual que votaron los madrileños.
En efecto, Ayuso, igual que Donald Trump, se pirra por los superlativos: "Madrid va a dar un mensaje al mundo, que tiene un nuevo hospital público, que va a ser de los más grandes de España, que está encima junto a un aeropuerto y que tiene unas infraestructuras únicas". El problema empezó cuando la periodista le preguntó por los detalles, específicamente por el personal que va a contratar en el hospital de Valdebebas, porque inaugurar un hospital sin médicos ni sanitarios queda un poco raro, lo mismo que cuando el Sha de Persia compró a Estados Unidos 79 cazabombarderos F-14 Tomcat y luego cayó en la cuenta de que no tenía un solo piloto que supiera manejarlos. Pero daba igual porque los F-14 Tomcat lucen muy bien en las fotos y así el Sha se hizo unas cuantas delante de toda la escuadra y hasta sacó un sello de correos y todo.