El ataque con cuchillo que causó tres muertos en una iglesia de Niza provocó reprobación e indignación en el mundo. La ONU, la UE y muchos países expresaron su solidaridad con Francia:
"Condenan firmemente el ataque atroz", "Manifiestan unión contra quienes expanden el odio", "Seguimos determinados frente a la barbarie y el fanatismo", "el terrorismo y la violencia nunca pueden aceptarse", "estamos profundamente consternados por la barbarie y el mal absoluto encarnado por estos ataques", "Unidos frente al terror y el odio".
Todo son palabras y solo palabras que no vienen mal en las horas posteriores, pero se requiere algo más que palabras en la política que debe de imprimir la Unión Europea ante el tema de las militancias religiosas que llevan a la violencia.
Solo una estrategia laica que coloque a las religiones de cada ciudadano/a en su ámbito privado nos sacará de este atolladero infernal.