El director bilbaíno Javier Hernández-Simón comanda un proyecto encabezado sobre el escenario por la actriz Laia Marull y que tiene en el concepto del amor la clave de todo. En ocasiones el amor es un mar profundo donde morimos ahogados, un lugar que al mismo tiempo es prisión y horizonte, un tiempo parado donde ni tan siquiera el aire sucede. En ocasiones el amor es un verano nevado…una quimera, un cuento que nos contamos a nosotros mismos para poder seguir viviendo. El amor de Mariana Pineda es así.
Se ha hablado mucho de Mariana Pineda, tanto del personaje histórico como del personaje creado por el gran poeta Federico García Lorca, se ha debatido sobre si Mariana era una mujer revolucionaria o si por el contrario tan sólo era una mujer enamorada. Lo que no admite discusión es que Mariana Pineda es una persona que se atreve a perseguir sus certezas hasta el final, hasta las últimas consecuencias.
La escenografía es "un personaje más" que revive la opresión de la sociedad que sufrió Mariana Pineda y el cambio que van experimentando los personajes, que lucen en el escenario vestuario de época del siglo XIX, y la música hace que el espectador se identifique con ellos.