El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Rajoy y Puigdemont, unidos en la adversidad, deberían dejar paso a políticos con nuevas ideas

Para el presidente del Gobierno se abre una etapa poco o nada afortunada. Al margen de las tesis no del todo coincidentes del Rey con las posiciones de la Moncloa, Ciudadanos se ha envalentonado con sus resultados el 21-D y exhibe incluso con descaro que su objetivo es superar al PP.
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Además, desde las propias filas populares crecen y se multiplican las críticas, estimuladas por un ácido José María Aznar que lanza dardos envenenados contra las actuaciones del presidente del Gobierno que, por cierto, es el delfín que el propio Aznar designó como sucesor.
Algo parecido le ocurre al ex president Carles Puigdemont. Desde ERC ponen en cuestión su renovado liderazgo si no regresa a su puesto en Cataluña. Incluso, mencionan claramente a Oriol Junqueras como candidato alternativo que aguarda en su celda con cristiana resignación.
Las cosas son así. Resulta que el popular Rajoy Brey y el independentista Puigdemont terminan unidos en el escenario de la adversidad. Probablemente sería bueno que dejasen sitio para que, sin muchas trabas, nuevos políticos abran nuevos caminos.