en la que los catalanes elegirán su Parlamento.
en la que elegiremos el nuevo Parlamento Europeo.

Enrique Galván:

No podemos dejar ganar a quienes degradan la política

domingo, 14 de abril de 2019

Y tú, ¿Qué prefieres? ¿Un Jefe de Estado por fecundación ... o por elección? Yo, una República presidencialista.

Tras repasar la figura de Juan Carlos I, su papel en la Transición y el declive de su imagen pública, Iglesias llegó a una conclusión que comparto: “que a la Jefatura del Estado se acceda por elecciones y no por fecundación sería profundizar en nuestra democracia”.

www.eldiario.es/...Raúl Gay
Como muchas personas, considero que la monarquía es una figura anacrónica y que debe desaparecer de nuestro país o, como mínimo, debe darse a los españoles y españolas nacidos tras la muerte de Franco la oportunidad de elegir. Y aquí es cuando suelen surgir los debates.
El argumento más habitual contra una monarquía —lo dijo Pablo Iglesias en Zaragoza hace unos días— es que podríamos tener como Jefe de Estado a alguien como Aznar. Cierto, podría ser un desastre. También Enric Juliana, una mente brillante, opinaba que la posibilidad de que España se convirtiera en un sistema presidencialista y la Jefatura del Estado cayera en “malas manos” era un riesgo que no se debía asumir. Pero, ¿acaso no ha sido ya Aznar jefe de Gobierno? Parece que la Jefatura del Estado es una institución sagrada, que no debe ser manchada y no puede perder su halo de pureza.
Pero yo rechazo la premisa y pregunto ¿por qué debemos tener una Jefatura de Estado y una Presidencia de Gobierno? En Europa hay muchos casos pero cuando Estados Unidos se independizó de Inglaterra y optó por un modelo presidencial en el que un solo órgano dirigía el país; y lo mismo hicieron buena parte de los países de Latinoamérica. Son repúblicas presidencialistas.
Algunos dirán que eso ha llevado a Trump o Bolsonaro al poder; pero también es cierto que la división de poderes es mucho más férrea en Washington que en Madrid; y el sistema de checks and balances no permitiría la vergüenza que vivimos hace unos meses con la elección del Consejo General del Poder Judicial.
España es adulta y puede elegir su forma de Gobierno; pero antes deberíamos debatir cuál es la alternativa y no imitar sin más a los países de Europa. Hay otras fórmulas y, como mínimo, merecen un estudio.