«Un ciudadano que se desplace entre Arrigorriaga y Santurtzi, algo más de veinte kilómetros y siete municipios, puede llegar a ver hasta diez uniformes distintos, entre policías municipales, Ertzaintza, y es probable que también se encuentre con algún policía nacional e incluso con la Guardia Civil, que mantiene competencias en seguridad ciudadana».
Lo dijo el domingo Juanjo Olabarria en EL CORREO. Dirige la Coordinación de Policías Locales del Departamento de Interior desde hace dos años, cuando fue creado el puesto, constata un hecho: cada una de las 78 policías locales dispersas por el País Vasco viste y se organiza de una manera diferente. No es más que un conjunto de reinos de Taifas que puede terminar siendo el esperpento menos gracioso si dejamos que siga creciendo.
Afortunadamente, parece ser que el sentido común, que no necesariamente el más común de los sentidos, ni mucho menos, se imponga en la dinámica a medio plazo. Yo iría más lejos. Aquí, para dos millones de vascos y vascas, con una única policía tendríamos de sobra. Habrá que darle tiempo al tiempo, pero estoy seguro que, al final, llegará.