El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

miércoles, 26 de febrero de 2020

El líder jeltzale durante tres décadas en Gipuzkoa, Joseba Egibar, sigue y sigue y sigue.


Hace unos años, en la televisión, unas famosas pilas, se anunciaban utilizando el eslogan " ... y duran, y duran y duran.",

En la política vasca, tenemos al correspondiente "conejito" que se aferra al eslogan y continúa proponiéndose como candidato en puesto indiscutible de salida. Aferrado a un sillón que no suelta ni con agua hirviendo.

Hablamos de Egibar, un diputado vasco que este año cumple ya los 30 de ocupación de sillón en el Parlamento y nos promete otros cuatro más. 

Egibar es hoy por hoy el parlamentario más experimentado de la Cámara vasca y de la política en el País Vasco, no en vano acumula más de cuarenta años en la primera fila. Ha estado presente, de uno u otro modo, en los principales hitos de las últimas cuatro décadas.

Gusta recordar que su estreno en política fue como ‘telonero’ de Xabier Arzalluz en un mitin en 1978, con apenas 19 añitos. Y ya ha cumplido los 60. Cualquiera diría que se cree indispensable para el buen rumbo de la nave jeltzale.



Y no solo eso. Es que militando en un partido que presume de diferenciar claramente entre cargo interno y cargo público es, probablemente, el que mas veces y durante más tiempo se ha pasado esa "tradición estatutaria" por su arco del triunfo.

Nunca me han gustado los políticos que sobreviven a todos los bandazos que da su partido, sea el que sea. No me inspiran confianza quienes sirven para un roto como para un descosido, para aplaudir a Ibarretxe o a Urkullu. Para ser el adalid del derecho a decidir con el lazo amarillo al pecho y para justificar el pasito a pasito de su grupo parlamentario. Pero hay que reconocer que algo tendrá el chaval para que sus compañeros no quieran hacerle la despedida que, seguro, se merece por los servicios prestados a tan noble causa.