Fin de una telenovela que ha durado casi 4 años, el Reino Unido abandonó la Unión Europea ayer viernes 31 de enero y el gobierno conservador, dirigido por Boris Johnson, tiene la intención de celebrar esta separación, incluso si para muchos de sus compatriotas, casi la mitad, es una derrota de sabor amargo.
Estados Unidos no disimula ser el primer interesado en este divorcio y los dos países esperan concluir un acuerdo comercial "este año".
A los británicos solo cabe desearles lo mejor, pero a la política de Boris y Trump solo me cabe desearles durante este 2020 el mayor hostiazo posible.