El ruso Piotr Pavlenski que reivindica la divulgación del vídeo de contenido sexual que provocó la renuncia de Benjamin Griveaux como candidato a la alcaldía de París por el partido del presidente francés, Emmanuel Macron, ha sido detenido este fin de semana en París.
No seré yo quien salga en defensa de este ciudadano con estatuto de refugiado y una gran variedad de excentricidades en su haber y obviamente estoy en contra, en principio, de la difusión de contenidos que muestren la intimidad de cualquier ciudadano en general.
Dicho todo lo anterior, creo que esas personas que van "vendiendo" paz y amor, el respeto a la familia, a los niños, a las mujeres y a todos los seres humanos en general, y que viven protegidos por partidos políticos de gobierno o bajo sotanas religiosas repartiendo indulgencias y condenando y amenazando a quienes consideran infractores, cuando son acusados de pederastia, de violaciones o de actuaciones absolutamente contrarias al mensaje que predican, aunque sea a través de vídeos obtenidos de manera "dudosa", yo me quedo con lo importante que, en mi opinión, en estos casos, no es la publicación del vídeo, sino que dicen unas cosas y practican otras, y eso es denunciable y motivo claro de expulsión de esas organizaciones políticas o religiosas.
Dicho todo lo anterior, creo que esas personas que van "vendiendo" paz y amor, el respeto a la familia, a los niños, a las mujeres y a todos los seres humanos en general, y que viven protegidos por partidos políticos de gobierno o bajo sotanas religiosas repartiendo indulgencias y condenando y amenazando a quienes consideran infractores, cuando son acusados de pederastia, de violaciones o de actuaciones absolutamente contrarias al mensaje que predican, aunque sea a través de vídeos obtenidos de manera "dudosa", yo me quedo con lo importante que, en mi opinión, en estos casos, no es la publicación del vídeo, sino que dicen unas cosas y practican otras, y eso es denunciable y motivo claro de expulsión de esas organizaciones políticas o religiosas.